La herida de la niña interior: ¿Cómo afecta tu vida adulta y tus relaciones?
- Isis Fabiola Martínez
- Mar 31
- 2 min read
¿Alguna vez te has sentido insuficiente, temeroso del abandono o con miedo a poner límites? Muchas de estas emociones tienen su origen en la infancia. La "herida de la niña interior" es el reflejo de experiencias dolorosas no resueltas que, aunque no lo notes, afectan tu vida adulta y tus relaciones. Hoy exploraremos cómo se forma esta herida, de qué manera influye en tus decisiones y qué puedes hacer para sanarla.

¿Qué es la herida de la niña interior?
La "niña interior" es esa parte de tu subconsciente que guarda recuerdos, emociones y creencias formadas en la infancia. Cuando esta parte de ti sufrió rechazo, abandono o invalidación, puede generar heridas emocionales que te acompañan en la adultez.
Principales tipos de heridas emocionales:
Herida de abandono: Provoca miedo a la soledad y tendencia a relaciones dependientes.
Herida de rechazo: Causa baja autoestima y miedo al rechazo.
Herida de traición: Genera desconfianza y necesidad de control.
Herida de injusticia: Desarrolla rigidez emocional y autoexigencia extrema.
Herida de humillación: Lleva a sentimientos de vergüenza y dificultad para poner límites.
¿Cómo afecta tu vida y tus relaciones?
Las heridas de la niña interior influyen en cómo te relacionas con los demás y contigo mismo. Algunas consecuencias incluyen:
Relaciones tóxicas: Atraer parejas o amistades que refuercen creencias negativas sobre ti.
Autoexigencia extrema: Sentirte nunca suficiente y poner expectativas inalcanzables sobre ti mismo.
Miedo al rechazo: Evitar expresar lo que sientes por temor a no ser aceptado.
Dificultad para poner límites: Sentirte culpable al decir "no".
¿Cómo sanar la herida de tu niña interior?
1. Reconoce la herida
Piensa en tu infancia y en las experiencias que pudieron marcarte. ¿Cuáles fueron las frases o situaciones que te hicieron sentir pequeño o no amado?
2. Valida tus emociones
Permítete sentir sin juzgarte. No minimices lo que viviste.
3. Cambia tu diálogo interno
Habla contigo como lo harías con un niño: con amor, paciencia y comprensión.
4. Haz terapia
Un psicólogo o psiquiatra puede ayudarte a trabajar estas heridas desde la raíz.
5. Rodéate de personas que te nutran
Construye relaciones sanas que refuercen tu autoestima y bienestar emocional.

Muchos de mis pacientes llegan con problemas de ansiedad o dificultades en sus relaciones sin darse cuenta de que la raíz está en su infancia. Un caso común es el de personas que no pueden disfrutar del amor porque temen ser abandonadas. Al trabajar con terapia y ejercicios de autoexploración, logramos que el paciente conecte con su niña interior y le brinde el amor que nunca recibió. Sanar esta herida transforma no solo su autoestima, sino también su manera de relacionarse con los demás.
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